lunes, 20 de mayo de 2013

SHANGHAI.

FRANKA POTENTE ES LENI MÜLLER 
(Mi personaje en la película)

Si recordamos el cine negro de los años treinta, en que un detective que fumaba y bebía whisky narraba un caso que le había propuesto una mujer fatal, en el que no están involucrados rateros de poca monta, sino grandes mafiosos y miembros del gobierno.

Pues bien, Shanghai es una versión de este cine, un espía americano viaja a la capital comercial de China en 1940, donde debe investigar la muerte de un antiguo amigo, también espía, que ha muerto en sospechosas circunstancias. Mientras investiga, en una ciudad dividida como era Shanghai durante los años de la Segunda Guerra Mundial, se encontrará ante la presencia de militares japoneses que controlan la ciudad como si estuviera bajo su control, mafiosos chinos que hacen negocio, y la clásica mujer fatal que parece ser inocente pero que en realidad es la que mueve los hilos.

Un John Cusack muy renovado -muy alejado de anteriores papeles un poco desastrosos- demuestra que con un buen guión es capaz de cautivar al espectador con sus interpretaciones, a su favor juega la frialdad del personaje, que encaja a la perfección con su forma de ser ante la cámara, que linda entre el neurótico cómico y el frío soseras. Junto a él un reparto de mención con actores del calibre de Chow Yun-Fat como el mafioso chino Anthony Lan-Ting, o Ken Watanabe que borda una vez más su interpretación, como hizo en OrigenCartas desde Iwo Jima oMemorias de una geisha. Además de estos tres actores, una de las compañeras de reparto de Watanabe en Memorias de una geisha, Li Gong, interpreta a la mujer de Lan-Ting, Anna, una revolucionaria china que se oculta tras la faceta de mujer fatal y dama del crimen. Junto a este brillante reparto de protagonistas, veremos también a David Morse, Franka Potente y Jeffrey Dean Morgan.

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